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Estampa de Familia
El Capitán Luis Rigoberto Paredes Muñoz, nació en Puerto
Montt en 1949. Desde niño mostró interés por la vida navie-
ra, acompañando primero a su padre en labores pesqueras y de
transporte de mariscos, admirando la costa sur austral desde la
bahía porteña en el sector de Caleta Anahuac. Cautivado por el
mar empezó a navegar en su juventud, después de terminar sus
estudios en el Liceo de Hombres de Puerto Montt.
“Mi padre, que también se llamaba Luis, nos fue mostrando a mí y
a mis ocho hermanos la forma de vida en el mar. Empecé a acom-
pañarlo en las faenas de transporte de mariscos en Carelmapu y
Ancud. Me interesé entonces por estudiar para ser oficial de Mari-
na Mercante en Puerto Montt y luego hice cursos en Europa”.
Partió trabajando en una de las primeras empresas pesqueras
que llegaron a la zona, la japonesa Nichiro, desempeñándose
como patrón de navegación en el año 1975. Ahí se embarcó en
sus dos barcos y participó con ellos en el primer proyecto de cul- hace en Chiloé y la bautiza como “La Quellonina”.
tivo de salmones de Chile en Chinquihue.
Incursionó por largos años en IFOP, haciendo carrera como
oficial y después siete años para la naviera y turismo Skorpios,
perteneciente al grupo de empresas de la familia Kochifas. Pare-
des recuerda con mucho cariño a don Constantino Kochifas y los
años que trabajó junto a él. “Fue uno de los principales mentores
de mi carrera y la empresa fue mi primera gran escuela para todo
lo que vino después. Fue una época muy fructífera. De él apren-
dí la perseverancia y a valorar su inteligencia para consolidar un al Lago Tagua Tagua y sumarse a las rutas de conectividad hacia
proyecto de la magnitud de lo que sería mi empresa”.
Posteriormente emigró al extranjero, donde recorrió Europa, se
perfeccionó, aprendió idiomas y a su regreso se instaló por veinte
años en Quellón como oficial de la Marina Mercante y se dedica a
la construcción de naves con un astillero.
44 Revista ARMASUR 2015
Ahí, en la ciudad chilota, forma su vida en familia y viene su primer
bote de madera: “La Pizca”, luego “El Cabezón” y las lanchas “La
San Quintín I y San Quintín II” para dedicarse a la pesca.
Su ánimo y espíritu emprendedor lo llevan a construir una de las
primeras barcazas de madera hecha en Chile, La Bahía San Quin-
tín y luego “la Bettina P”, las que prestan servicio de transporte a
la industria salmonera.
El emprendedor comienza a capitanear sus naves y empieza a
transformarse en un empresario del transporte marítimo.
“Yo quiero mucho a Quellón, y ellos creo que también a mí”, co-
menta. En esta ciudad forma a su familia. El armador tiene cinco
hijos: Luis Rigoberto, Claudio, Guillermo, Mariela y Bettina.
En los años 90, construye la primera barcaza de fierro que se
En el año 1998, formaliza su emprendimiento como Naviera Pare-
des, y adquiere su primera embarcación mayor a la que denomina
“Laitec” en honor a la isla que se encuentra al sureste de Quellón.
Con la llegada de esta nave a Caleta La Arena, comienza de mane-
ra exclusiva a entregar servicios de conectividad a zonas aisladas
y compite con Transmarchilay en la ruta del Estuario de Reloncaví.
A su vez construye la Barcaza “Don Felipe” en Quellón para llevarla
los poblados cordilleranos. “Fue un tremendo esfuerzo llevar esta
embarcación, porque implicó trasladarla por un tramo de tierra, fue
toda una odisea para el personal que realizó esta operación”.
Paredes crea también una barcaza tanque, nave menor para tras-
lado de combustible, llamada “Doña Mariela”. Adquiere de Por-