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Zarpes en Los puertos chilenos han sufrido variadas singularidades, ini-
ciando la historia formal en el año 1960, con el nacimiento
IOSEGUROS de la Empresa Portuaria de Chile, EMPORCHI, que asume la ad-
ministración y explotación de los puertos estatales (D.F.L. 290 de
1960), para luego en el año 1981, se introduce la Reforma al Mer-
cado Laboral y a EMPORCHI, que autoriza la privatización de los
servicios portuarios, permitiendo a particulares prestar servicios
a terceros en los puertos del País (Ley 18.042), y finalmente en el
año 2000, se inicia la situación actual, entregando en concesión
los principales terminales del Estado (Origen Ley 19.542 de 1997).
En la zona sur austral, debido a su particular geografía, tenemos
de todo tipo de puertos, de aquellos que producen clara interac-
ción con el mundo, ejecutando exportaciones e importaciones
directas, hasta situaciones portuarias de conectividad intermo-
dal del transporte terrestre y marítimo, ya que los proyectos via-
les de largo trayecto y los dirigidos a puentes o grandes túneles
submarinos (como en Noruega), son poco viables en el 100% de
los casos, por ende el mar seguirá siendo el medio de transporte
principal de nuestra zona sur, por el bajo costo de construcción,
operación y mínima tasa de accidentabilidad histórica que existe.
El desarrollo portuario en las regiones de Los Lagos, Aysén y Ma-
gallanes está enfocado en tres componentes principales: conec-
tividad, desarrollo industrial, y turismo. Respecto a la conectivi-
dad, las características geomorfológicas de la Región hacen que
este aspecto cobre trascendencia, tanto socioeconómica como
productivamente.
La actividad industrial presenta un grado de impacto directamen-
te proporcional a la magnitud y el tipo de labor en los sectores
en que se establece, y está asociada a la actividad portuaria de
carga y descarga tanto de insumos como de productos.
Dentro de las actividades más pujantes del último tiempo, en ma-
teria de carga y descarga, ha sido el desarrollo de la industria sal-
monera, tanto en insumos como en el transporte de peces, que
demandan servicios de altos estándares en materias sanitarias.
En este contexto, la actividad acuícola requiere un sinnúmero de
“puertos articuladores” que nacen y se desarrollan al andar de la
Industria Regional, y al estar inmersos totalmente en el merca-
do acuícola, son parte integral de su cadena de bioseguridad, y
por esto mantienen al margen todos los peligros como la guerra
bacteriológica o epidemias, que finalmente nos afectan a todos
quienes operamos en esta industria.
Hace un poco más de un año y medio comenzó a regir la reso-
lución exenta N° 2323-302 del Servicio Nacional de Pesca (SER-
NAPESCA), que establece las condiciones de manejo sanitario
que deben cumplir los puntos de embarque y/o desembarque
bioseguros, utilizados en la actividad de cultivo de especies sal-
mónidas.
Revista ARMASUR 2014 17